Centroeuropa, finales del XIX, inicios del XX. Serge Chekov llega a un pueblo perdido en las montañas para asistir a la lectura del testamento de su tío. Casi a su llegada, la hija del fallecido es hallada ahorcada en un árbol del cementerio local. Pero no ha sido un asesinato. Serge, en la que ya es a todos los efectos su casa, conocerá a sus inquilinos, entre los que se encuentran un científico, su hija, que ejerce de criada, y la viuda del fallecido, mujer de gran belleza y oscuros conocimientos de ciencias ocultas.