Danny está embarazada de Max, pero no se atreve a contárselo. Mientras tanto, Max está ocupado satisfaciendo las fantasías sexuales de su novia Avishag, que desea muy fuertemente que le peguen. Avishag, por su parte, le enseñará sus moratones a Dror, el dueño del perro al que pasea por las tardes. Una obra tan arriesgada como tierna que reflexiona acerca de nuestras fantasías sexuales, pero también sobre el profeso del amor.