Después de la última muerte y de que Augusto se le escapara una vez más, Sancho inicia un descenso a los infiernos. Sin embargo, una pista que la última víctima dejó antes de morir espolea la investigación del inspector. Carapocha se conjura para “detener” al asesino. Ajeno a estas amenazas, Augusto se siente a salvo. Aunque pronto descubrirá que su tranquilidad va a saltar por los aires…